Desde hace más de una década, los movimientos de Cari Luque y su entorno familiar no pasaron desapercibidos. Primero, en murmullos entre los pasillos del ente tributario; después, con estruendo, en los escritorios de la Fiscalía Anticorrupción. La acusación formal del 27 de mayo —fría, demoledora— certifica lo que todos sabían: el auditor omitió, deliberadamente, investigar el sospechoso incremento patrimonial de un empresario lambayecano entre 2012 y 2015. No fue un descuido. Fue una complicidad.
Pero aquí no termina el escándalo. En mayo de 2022, la Fiscalía de Lavado de Activos de Lambayeque abrió otro expediente. Esta vez, con Cari Luque como protagonista: lavado de activos, enriquecimiento ilícito, defraudación tributaria, cohecho pasivo. Irónico. Las mismas prácticas que debía combatir, ahora manchan su hoja de vida. Las pruebas son contundentes: entre 2014 y 2018, adquirió propiedades a través de su hermana —el clásico modus operandi de los lavadores—. Un departamento en Chiclayo, valuado en 75 mil dólares (muy por encima del precio real), y dos inmuebles más. Uno de ellos, transferido a su nombre por solo 25 mil dólares. ¿Generosidad familiar? No. Maquinación.
Diario Correo destapó el caso —con documentos, fechas y cifras irrefutables—. Otros medios replicaron la investigación, añadiendo declaraciones fiscales y registros de propiedad. Hoy, Cari Luque enfrenta dos batallas judiciales: una por omisión funcional (con pedido de 1 año y 8 meses de prisión preventiva); otra, más grave, por lavado de activos. Pero, como suele ocurrir en este país de opacidades, las respuestas claras brillan por su ausencia.
La SUNAT guarda silencio. No hay pronunciamiento oficial. Nadie confirma si Cari Luque sigue en funciones o fue suspendido. Este mutismo institucional delata más de lo que oculta: cuando el Estado calla, suele haber algo podrido detrás. Si el encargado de fiscalizar patrimonios ajenos usaba a su familia para blanquear el propio, ¿cuántos más hacen lo mismo? ¿Cuántas auditorías se firmaron con los ojos cerrados y las manos extendidas?
